LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
Principales rasgos de la filosofía helenística
Tras la muerte de Alejandro Magno, comienzan las guerras por la sucesión al cargo. Son malos tiempos para Grecia, inseguridad ciudadana, desequilibrio político, crisis económica… En este contexto, surgen diferentes escuelas. Por un lado, estaban los seguidores de Platón y Aristóteles, que desarrollaron su filosofía, fieles a la filosofía de sus maestros. Pero, por otro, aparecen nuevas escuelas, que defendían teorías totalmente opuestas a las doctrinas platónicas y aristotélicas.
La filosofía helenística rompe radicalmente con el periodo anterior y sus preocupaciones ya no son las mismas. Para empezar, el ser humano, ya no se concibe como un zoon politikon, como lo habría hecho Aristóteles. Para el estagirita, como para Platón, el ser humano solo podía entenderse dentro de la polis, su lugar natural y el único capaz de proporcionarle una vida feliz. Pero ahora, será el individuo el centro del debate filosófico, y empieza a demandarse su independencia, su autonomía. El individuo, por tanto, sustituye a la ciudad, y la ética, a la política.
La ética helenística, se fundamenta en las leyes de la naturaleza, en la física y se torna más natural y mundana, y su finalidad es puramente práctica. De lo que se trata es de encontrar el camino que nos ayude a vivir. Toda la filosofía helenística se fundamenta en la moral, y queda dividida en 3 ramas principalmente: la lógica, la física y la ética.