lunes, 27 de julio de 2020

LOS CÍNICOS (28 DE JULIO 2020)



La  escuela cínica fue fundada en Atenas por Antístenes (aproximadamente 445-365 antes de Cristo.). Vendrían después otros filósofos como Diógenes, Crates, Hiparquia, Onesícrito, Mónimo, o Salustio (éste ya en el siglo VI después de Cristo). A lo largo del tiempo se iría diferenciando entre quienes escribían de acuerdo con pautas clínicas y tomaban motivos literarios inspirados por el cinismo (Onesícrito) y quienes llevaban una vida acorde con los preceptos de estos "perros", acogiéndose a los hábitos de mendigos y vagabundos (Diógenes vivía en una tinaja), con el tribón (manto), el bastón y la alforja.


Eran hombres que defendían una forma de vida sencilla y tranquila basada en cuatro principios básicos:

 1. VIVE AL NATURAL
Es decir, tener una vida conforme a la naturaleza, tal como  viven otros seres del cosmos sin casa, sin preocupaciones, con sencillez, con lo que se presenta cada día.

2. VIVE SIN DEPENDER DE NADA NI DE NADIE
Esto significa vivir en Autarquía, valerse por si mismo, sin estar atado a lazos familiares, políticos, culturales, etc. Para alcanzar esta forma de vida las dos virtudes cìnicas son : el autodominio y la autosuficiencia.

3. VIVE CON LO MÍNIMO NECESARIO
Es decir sin posesiones, sin lujos y sin deseos de cosas naturales superfluas que obstaculizan  el goce de la vida natural. Esta actitud se refleja en el cosmopolitismo cínico: como no hay residencia fija, cualquier lugar del mundo es bueno para vivir.

4. VIVIR SIN CONVENCIONES SOCIALES
Para los cínicos la vida en sociedad traìs una serie de situaciones opresoras que ahogaban el espíritu: normas, apariencias, vanidades, reglas inútiles, mandatos políticos, etc. De tal forma que los hombres en la ciudad no vivían a su manera, sino como otros determinaban que debía ser.










lunes, 20 de julio de 2020

EL ESTOICISMO (21 DE JULIO DE 2020)

ESTOICISMO




Como estoicismo se denomina la doctrina filosófica que practicaba el dominio de las pasiones que perturban la vida valiéndose de la virtud y la razón. Como tal, su objeto era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades, los bienes materiales y la fortuna. De allí que también designe cierta actitud moral, relacionada con la fortaleza y la ecuanimidad en el carácter.

El ideal de los estoicos era lograr la imperturbabilidad y cierto grado de independencia ante el mundo externo. Aunque era una doctrina fundamentalmente ética, también tenía sus propias concepciones lógicas y físicas. Fue influida por los cínicos y por Heráclito.

La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio hacia el año 301 a. de C. en Atenas. Acostumbraban reunirse en un pórtico de la ciudad, de lo cual derivó su nombre, que proviene del griego Στωϊκός (Stoikós), derivado de στοά (stoá), que significa ‘pórtico’.
Fue una de las escuelas filosóficas helénicas de mayor influencia. Su periodo de auge se registra entre el siglo III a. de C. y el II d. de C. Su debilitamiento coincidió con el auge del cristianismo.

En la doctrina estoica se reconocen tres fases: una primera, encabezada por Zenón y Crisipo, denominada estoicismo antiguo; la segunda, caracterizada por las contribuciones de Panecio y Posidonio, se conoce como estoicismo medio, y finalmente, se encuentra el estoicismo nuevo, representado por figuras de la talla de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio.

Ética estoica

La ética estoica es la faceta más conocida de esta escuela. Como tal, propone que la felicidad implica vivir conforme a nuestra naturaleza racional; que el único bien es la virtud y el único mal es el vicio y la conducta pasional e irracional; que las pasiones que perturban la razón son contrarias al ideal estoico; que los bienes materiales o aspectos de la vida humana, como la salud o la enfermedad, el dolor o el placer, son indiferentes para el estoico y de allí proviene su fortaleza. Todo esto tiene como objeto alcanzar la apatía, que es aceptación de los ideales ascéticos. En este sentido, es un sistema que se opone al hedonismo de Epicuro y al eudemonismo de Aristóteles.
De:













lunes, 6 de julio de 2020

EL EPICUREISMO: EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

EL EPICUREISMO

La filosofía de Epicuro se caracteriza por situarse en el lado opuesto a la filosofía platónica: afirma una sola realidad, el mundo sensible; niega la inmortalidad del alma y afirma que ésta, al igual que todo lo demás, está formada por átomos; postula el hedonismo en la teoría ética y como modo de vida y rechaza el interés por la política, optando por un estilo de vida sencillo y autosuficiente encaminado a la felicidad.


Epicuro de Samos (- 341 a - 271)


Epicuro nació en la isla de Samos, a pesar de lo cual fue un ciudadano ateniense, pues su padre, Neocles, había sido uno de los colonos que, partiendo de Atenas, había marchado a Samos dotado con un lote de tierras.
El padre de Epicuro fue maestro, por lo que es probable que éste comenzase a interesarse pronto por las cuestiones intelectuales. Al parecer a los 14 años ya había comenzado a estudiar filosofía y se había hecho discípulo del filósofo platónico Pánfilo.
Es posible que a partir de este encuentro Epicuro adopte su postura anti-idealista contra la concepción platónica y sus postulados básicos (la existencia de dos mundos, sensible e inteligible, la existencia de un alma inmortal, etc.).
Cuatro años más tarde le encontramos en Atenas realizando el servicio militar. Podemos suponer que durante esa primera visita a la capital de la filosofía Epicuro se impregnó del ambiente cultural, pero no tenemos información al respecto de su primer viaje a Atenas.
Sin embargo, será en el año 306 cuando Epicuro vuelva a Atenas y se instale definitivamente. Allí comprará una casa y un pequeño terreno para su escuela, que ha sido tradicionalmente denominada "El jardín", aunque probablemente se tratase de un simple huerto, retirado del bullicio de la ciudad, donde tanto Epicuro como sus más allegados discípulos y amigos podían dedicarse a la reflexión y a la conversación sin ser molestados. Esta escuela ofrecía un modelo alternativo a la Academia que había fundado Platón y al Liceo de Aristóteles, en las cuales el tipo de educación era de un alto nivel científico pero no conllevaba necesariamente una actitud moral ante la vida, rasgo predominante de la filosofía epicúrea, así como de prácticamente todas las escuelas helenísticas (estoicos, cínicos, etc.). 
El jardín se apartaba también de otras escuelas al admitir a mujeres y a esclavos entre los alumnos, algo poco corriente en la época, que dio lugar a críticas y comentarios despectivos que daban por supuesto que la escuela de Epicuro, malinterpretando además sus ideas sobre el placer y su hedonismo, era un lugar para el desenfreno en banquetes y lujos cuando lo cierto es que la vida de Epicuro fue sencilla, humilde y tranquila, siendo su ejemplo para sus discípulos su mayor creación.




CARTA A MENECEO

La Carta o Epístola a Meneceo, también conocida como la Carta sobre la Felicidad , es el texto más famoso recuperado de Epicuro. En las pocas páginas que componen la epístola, el filósofo aborda los temas centrales de su filosofía con respecto a la ética y la metafísica: la búsqueda de la felicidad, el miedo a la muerte, la naturaleza de los dioses, la clasificación de los placeres.

Carta a Meneceo (Fragmento)

Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar, y una vez que lo hemos conseguido ya na necesitamos de nada más.
Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres, si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre. Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo malo como de un bien.
La autosuficiencia la consideramos como un gran bien, no para que siempre nos sirvamos de poco, sino para que cuando no tenemos mucho nos contentemos con ese poco; ya que más gozosamente disfrutan de la abundancia quienes menos necesidad tienen de ella, y porque todo lo natural es fácil de conseguir y lo superfluo difícil de obtener. Los alimentos sencillos procuran igual placer que una comida costosa y refinada, una vez que se elimina el dolor de la necesidad.
Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos -como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al no sufrir dolores en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes dan la felicidad, sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma.
El más grande bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía. De ella nacen las demás virtudes, ya que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidas naturalmente al vivir placentero, y la vida placentera es inseparable de ellas.

Exhortaciones

"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".
"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".
"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".
"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".
"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".
"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".
"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".
"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".














LA MAYEUTICA