lunes, 26 de octubre de 2020
TOMAS DE AQUINO
lunes, 12 de octubre de 2020
LA ESCOLASTICA
La escolástica —palabra originada en el latín medieval scholasticus, a través del latín tardío scholastĭcus «erudito», «escolar» como préstamo del griego σχολαστικός, scholastikós— es una corriente teológica y filosófica medieval que utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
La escolástica fue la corriente teológico-filosófica predominante del pensamiento medieval, tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae «la filosofía es sierva de la teología»).
Predominó en las escuelas catedralicias y en los estudios generales que dieron lugar a las universidades medievales europeas, en especial entre mediados del siglo xi y mediados del xv.
Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno corrientes filosóficas no solo grecolatinas, sino también árabes y judaicas. Esto incentivó en este movimiento una fundamental preocupación por consolidar grandes sistemas sin contradicción interna que asimilasen toda la tradición filosófica clásica. Por otra parte, se ha señalado en la escolástica una excesiva dependencia del argumento de autoridad y un descuido de las ciencias y el empirismo.
lunes, 21 de septiembre de 2020
SAN AGUSTIN
Biografía de San Agustín
San Agustín nació en Tagaste (Argelia actual) el 13 de noviembre del 354 y murió en Hipona el 28 de agosto del 430. Su padre, Patricio, un pagano de posición social acomodada, que luego de una larga resistencia a la fe, hacia el final de su vida se convierte al cristianismo. Mónica, su madre, era una devota cristiana. Al enviudar, se consagró totalmente a la conversión de su hijo Agustín. Lo primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de verle gozar de esas santas lecciones, sufrió al ver como iba apartándose de la Verdad hasta que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la disoluta Roma. Mónica confiando en las palabras de un Santo Obispo que le dijo: “el hijo de tantas lágrimas no puede perderse”, no cesó de tratar de convertirle por la oración y la persuasión hasta lograrlo.
A los 32 años San Agustín entrega su persona a Dios, luego de una permanente búsqueda convirtiéndose a la fe católica. Aunque Agustín no pensaba en el sacerdocio, fue ordenado en el 391 por el Obispo de Hipona, Valero, quien le tomó por asistente. San Agustín es uno de los ejemplos fundamentales de la búsqueda constante de Dios, de la verdad, del conocimiento. Esta búsqueda no la hizo en soledad sino en estrecha relación con los otros, en especial su madre Santa Mónica y sus amigos. San Agustín dice: “Necesitamos de los otros para ser nosotros”. Esta es otra enseñanza de Agustín, la importancia de la comunidad para la vida personal y para la búsqueda de la verdad en la reflexión y el diálogo con los otros.
Pocos hombres han poseído un corazón tan afectuoso y fraternal como el de San Agustín. Se mostraba amable con los infieles y hasta los invitaba a comer con él, en cambio, se rehusaba a comer con los cristianos de conducta públicamente escandalosa y les imponía las penitencias canónicas.
lunes, 14 de septiembre de 2020
LA FILOSOFÍA PATRISTICA
LA PATRISTICA
En su contenido ideológico, la patrística se caracterizó por ser el periodo en que se gestó el contenido doctrinal de las creencias religiosas cristianas, así como su defensa apologética contra los ataques de las religiones paganas primero, y sucesivamente de las interpretaciones que dieron lugar a las herejías, después.
Durante este período, el cristianismo es difundido masivamente por los profetas, tomando fuerza entre la población y desplazando a las religiones politeístas.
Para ser reconocido un padre de la Iglesia, era necesario reunir las siguientes condiciones:
- Antigüedad
- Santidad de la vida
- Doctrina ortodoxa
- Aprobación eclesiástica
La religión cristiana encontró en la filosofía griega los argumentos para justificar su doctrina, pues la religión cristiana era para los padres de la Iglesia la expresión cumplida y definitiva de las verdades que la filosofía griega había logrado encontrar de manera imperfecta y parcial.
La palabra deriva de la forma combinada del latín pater y del griego patḗr, 'padre', y hace referencia a los padres de la Iglesia, los teólogos cuya interpretación dominaría la historia del dogma. La influencia apologética se debió entre otras cosas al ataque hostil, y por penetrar en los datos de la revelación, el de formarse una imagen totalizadora del mundo y de la vida humana a la luz de la fe. El progreso de lo implícito a lo explícito fue un progreso en la ciencia teológica; en el proceso de argumentación y definición se emplearon conceptos y categorías tomados de la filosofía. La filosofía imperante era el platonismo, neoplatonismo (con toque estoico).
Los escritores cristianos no hicieron distinción entre filosofía y teología. Estos mostraron una divergencia de actitud ante la filosofía clásica: como enemiga o como utilidad.
Algunos de los principales representantes de esta etapa fueron Mario Victorino, Boecio, Isidoro de Sevilla, San Agustín de Hipona y Juan Escoto Erígena.
martes, 8 de septiembre de 2020
martes, 18 de agosto de 2020
INICIO PERIODO CUATRO LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
CONTEXTO HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA DE LA EDAD MEDIA
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones irá provocando la aparición de otros modelos de felicidad o «salvación individual», que competirán con los modelos filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía, especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc. al conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón.
https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_medieval#:~:text=Desde%20un%20punto%20de%20v
ista,helen%C3%ADstica%20y%20las%20grandes%20religiones
martes, 11 de agosto de 2020
FILOSOFÍA ECLÉCTICA
EL ECLECTICISMO
domingo, 2 de agosto de 2020
LOS ESCÉPTICOS
- Nada se puede conocer con absoluta certeza
- Nunca podemos llegar a la verdad, solo hay múltiples puntos de vista
- La sabiduría està en la abstención del juicio. Frente a lo que pasa no podemos afirmar ni negar
- Ninguna cultura es mejor que otra. Cada pueblo considera que sus pautas morales son apropiadas.
- La duda sistemática es la mejor actitud frente al conocimiento.
La necesidad del escepticismo
El escepticismo no es un destino, sino un camino; no es una conclusión, sino una herramienta. Ser escéptico es no contentarse con la primera respuesta que se recibe, cuestionar la verdad revelada, preguntar los qués y los porqués y los desde cuándos. El escepticismo no es estar a favor o en contra de la energía nuclear, de los transgénicos o de las vacunas, sino preguntarse qué hay de cierto en los argumentos a favor o en contra de esas y otras cuestiones; dónde están los fallos, si los hay, dónde los intereses ocultos, si pueden sospecharse, dónde las afirmaciones sin pruebas. Ser escéptico no es tener muchas respuestas, sino hacer siempre preguntas. Incluso cuando se cuestionan afirmaciones muy queridas. incluso (sobre todo) cuando las preguntas ponen en solfa lo políticamente correcto. O lo religiosamente, financieramente, futboleramente correcto. Y es por eso que el escepticismo bien entendido jamás podrá llevarse bien con la política.
Porque la política es el arte de convencer y de cambiar la sociedad, y fíjense que en esa descripción no aparece en ningún momento la palabra ‘verdad’. Una ideología política es por definición un destino, un producto terminado que alguien quiere que la gente ‘compre’ para instalarlo en el sistema operativo social con el fin de mejorarlo. Convencidos de que ese destino es el ideal para la sociedad en la que viven, los partidarios de una u otra ideología no dudarán en recurrir a todas las artes de la persuasión para conseguir que sea la suya la que prevalezca en el juego político. Y si eso implica decir alguna vez la verdad es solo porque mentir muy descaradamente (y que te pillen) puede verse penalizado en la opinión pública. Lo cual no excluye alternativas que, sin ser exactamente mentiras, sí que son afirmaciones distintas de la verdad.
Las medias verdades, las insinuaciones, las connotaciones y asociaciones subliminales; las emociones, los prejuicios, los malentendidos provocados, la confusión deliberada son armas de la política. Quien está convencido de que su opción de organización social es la ideal puede hasta convencerse a sí mismo de que usando estas artimañas está haciendo el Bien, dado que a la larga redundarán en la victoria de la Verdad. Y quién sabe; puede que hasta tenga razón… alguno de ellos (porque todos, es imposible). Pero en lo que todos coinciden es en que el escepticismo es Mala Cosa. Porque puede llevar a la gente a cuestionarse la Idea.
El escepticismo pondrá en cuestión todos los hechos y datos en los que se basen la Idea, sus teorías y su propaganda. E, inevitablemente, esto supondrá desenmascarar aquellos ejemplos en los que la adherencia a la verdad haya sido un poco menor de lo ideal. Si en su celo en contra de la energía nuclear algunos antinucleares han exagerado desmesuradamente los riesgos del terrible accidente de Fukushima, los escépticos lo dirán. Si deseando ayudar al mundo a librarse de la maligna plaga de la ingeniería genética algunos hechos sobre sus peligros y catástrofes se hinchan, deforman o deliberadamente se magnifican, será misión del escéptico destacarlo. Esto no quiere decir que el escéptico sea, necesariamente, pronuclear o defensor del Maíz BT; simplemente que a quien ha contraído escepticismo le desagrada que las opciones políticas hagan uso de hechos falsos para defender su pertinencia. Por supuesto, esto no gusta a los políticos, e incluso confunde a algunos sobre la esencia misma de lo que es ser escéptico. Porque los hay que preferirían desconectar su escepticismo cuando se trata de determinadas opciones de política social. Hasta el punto de considerar que el escepticismo es una idea política contraria a la suya, un enemigo, una ideología igual y de signo contrario.
Quienes así piensan hacen un flaco favor a sus causas, y entienden exactamente al revés lo que de verdad es ser escéptico. Poner en cuestión hechos falaces o dudosos no debería suponer un debilitamiento de una teoría política suficientemente sólida; si para defender una ideología hace falta faltar a la verdad es que esa ideología no es muy deseable que digamos. Pero sobre todo cuestionar el escepticismo en algunos casos, solo cuando nos conviene, es el inicio de un camino sin retorno que acaba en un desierto intelectual, puesto que supone en efecto subordinar la verdad a los intereses del partido, rendir los datos a las necesidades de la política. Y ya sabemos lo que ocurre en las sociedades que toman ese camino. Una sociedad sana es una sociedad escéptica que toma en lo posible sus decisiones políticas basándose en la verdad. Ninguna ideología religiosa, política o económica debe estar por encima de la verdad, por incómoda que pueda resultar. Y para llegar a ese hermoso destino el camino del escéptico es imprescindible.
Publicado originalmente en ‘RTVE blogs ‘.lunes, 27 de julio de 2020
LOS CÍNICOS (28 DE JULIO 2020)
lunes, 20 de julio de 2020
EL ESTOICISMO (21 DE JULIO DE 2020)
Ética estoica
lunes, 6 de julio de 2020
EL EPICUREISMO: EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD
Carta a Meneceo (Fragmento)
Exhortaciones
lunes, 29 de junio de 2020
PERIODO TRES FILOSOFIA HELENISTICA
Principales rasgos de la filosofía helenística
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